viernes, 24 de julio de 2009

20090724

LEYENDO

Al llegar a la parada
abro el libro por donde dejé el punto
y leo la página anterior,
como ordena el ritual
del olvidadizo lector.

Ya en el bus que me traslada
entre frenazos y ruido
(cosa que no me importa)
la lectura me transporta
hasta donde mi mente ha huido.

Una vez que me he bajado
continúo vampirizado
y con retraso sobre lo previsto
acudo a donde hemos quedado
provocando un mosqueo tremendo.

“¡Míralo, por ahí viene leyendo!”

2 comentarios:

Deprisa dijo...

¿El qué?

La Marca Amarilla dijo...

Tranquil@ ... No tengas tanta prisa!!!! ;)