viernes, 27 de febrero de 2009

20090226

BOLSA DE TRABAJO

Con infundada esperanza,
aquella mañana de aguacero
te apuntaste a la Bolsa de Trabajo,
sin observar que en el fondo
del asunto había un agujero

por el que fingidas señoritas
depositaban tu currículo,
sin vergüenza ni mesura,
y descendía directamente

al cubo de la basura.

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