lunes, 23 de febrero de 2009

20090201

AMBICIÓN

Quiso de todas ser
la más hermosa flor.
Para conseguirlo observó
su interior y su rededor.
Actuó con caución, sí,
pero con ambición.

Y no lo consiguió.
No por modestia o dejadez,
es mucho más simple la cosa.

Una rosa nunca será una margarita
y una margarita jamás
conseguirá ser una rosa.

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