VULNERABLE
Subí a la montaña más alta posible.
Os tuve a mis pies
y de ello me jacté.
Pude haberos aniquilado
pues gigante me sentí ante un universo baladí,
pero mi maldita indulgencia
apareció en instante inesperado
y por desidia desistí.
Entonces el trueno retumbó,
el vendaval apareció a traición y con furia.
El cielo vomitó torrentes
sobre mi diminuta presencia
y sus nubes formaron la imagen de un Dios
-tangible y veraz-
que me advirtió, en clase magistral,
de mi falta de humildad ,
de mi vulnerabilidad
ante la enérgica fortaleza
que puede exhibir la Naturaleza.
viernes, 13 de noviembre de 2009
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