jueves, 8 de octubre de 2009

20091001

SINVIVIR

Que el dinero no ofrecía felicidad
sintió una vez un hombre rico
y en su pesadumbre
dio a pedigüeños y mendigos
toda su fortuna y pico.

Continuó su humilde vida,
contradictoria, confusa,
y en su pesadumbre
sintió que era infeliz siendo pobre,
pero al menos –ahora- tenía excusa.

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