POLVO
No encontró nada
en el lugar donde todo dejó.
Sólo el polvo
que como una frazada
cubría la estancia.
Allí permaneció
a su pasado abrazada,
lloró con lágrimas rancias
por las horas perdidas,
aquellas que evaporan
la fragancia de la vida
convirtiendo el aroma
en esencia no vivida.
Y después de reparar sus mellas,
sobre la misma polvareda
que ocultó sus señales,
volvió a marcar sus huellas.
viernes, 28 de agosto de 2009
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