BONITA VOZ
Gasté mis jornales
en llamadas telefónicas
sólo para oír tu voz,
pues se iban todos mis males
cuando escuchaba tus excusas
con acento suramericano.
Sí, no me leáis así,
es un sentir muy humano
pasar horas enteras
con la mente en el cielo
y el auricular en la mano.
Ahora ya no me hablas.
Llamo para mostrar mi indignación,
tan sólo me comunican
que estás de baja por depresión.
viernes, 30 de enero de 2009
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